Carlos A. Jiménez Zarate
El 5 de enero del 2018 el candidato “ciudadano” MEADE del PRI festejo,
mediante un tweet haber llegado al millón de seguidores, la publicación tuvo un
alcance de poco más de 3,600 “me gusta” y menos de 2,000 retweets, cantidades
de interacción muy bajas para alguien que celebra haber llegado al millón de
seguidores.
El precandidato del PRI ya había tenido su primer gran salto de
seguidores, el cual se dio después de su destape el 27 de noviembre del 2017,
en tan solo tres días la cuenta @JoseAMeadeK obtuvo más de
50,000 seguidores. La gráfica 1 el crecimiento atípico tipo escalón,
característico de estrategias de posicionamiento artificial digital.
En el tweet de celebración de MEADE estaba el hashtag
#LoMejorEstáPorVenir, el cual como se puede ver en la gráfica 2 no genero una
dinámica nacional, y se focalizó en ciertas zonas del país.
En un análisis de redes se observa como el hashtag fue dispersado por
una red de cuentas identificadas con el PRI sin generar mayor difusión o
interacción social tal como lo demuestra la gráfica 3, en la cual se observan
dos zonas, la zona inferior conformada por una gran comunidad de cuentas
“leales”, en un muestreo de dichas cuentas con la herramienta “BOTMETER”
desarrollado por la Universidad de Indiana, se observó que al menos el 50 % de
las cuentas de esa comunidad tienen una dinámica o perfil BOT.
La zona superior está conformada por una subred donde se identifican
decenas de cuentas relacionadas con comités estatales, movimientos o de
dirigentes del PRI, estas cuentas tampoco generaron una mayor dinámica social y
su actividad se concentró en retweets o menciones al hashtag. (Gráfica 4)
En el PRI saben que los grupos sociales más concientizados y de mayor
nivel de estudio no votarían por ellos. En las redes sociales como Twitter sus
publicaciones tienen un impacto real casi nulo, no despiertan reacciones
virales de apoyo. Pero eso no significa que el PRI este derrotado.
Hace algunos días el periodista Jude Webber del diario británico
Financial Times destacó en sus pronósticos para el mundo en el 2018, que MEADE
ganaría las elecciones por el respaldo de la maquinaria electoral del PRI.
La maquinaria real del PRI es la electoral, la cual se sustenta en dos
ejes fundamentales: Coacción y compra del voto. En pleno siglo XXI aún hay
personas que se dejan intimidar por que si no votan por el PRI van a perder su
trabajo, y a las personas que están en los programas sociales los amenazan con
quitarles la “ayuda”, otros los más “listos” venden su voto por 500, 1000 y si
se puede más.
En las comunidades rurales casi el 100% de los votos van para el PRI,
eso va contra toda lógica de elecciones y lo saben el INE y todos los
tribunales de justicia electoral, pero no hacen nada.
Y no solo no hacen nada contra estas prácticas antidemocráticas, sino
que avalan por ejemplo el uso de las tarjetas o monederos electrónicos
pre-autorizados y ni hablar de las monex del 2012.
Por eso es indispensable que las redes no solo sean el espacio de
repulsión social al sistema antidemocrático que representa el PRI y sus
aliados, la organización social se vuelve fundamental cuando se trata de la
transformación política de un país.
En México la vía ciudadana fue secuestrada por políticos profesionales y
en el espectro de los partidos políticos solo MORENA ha dado signos de ser una
alternativa real de cambio.
Lamentablemente el sistema opera sus tentáculos para que dentro de
MORENA algunos o muchos busquen y se peleen por posiciones de poder, ensuciando
un movimiento que se fundó en la esperanza.
AMLO sigue en primer lugar en todas las encuestas, pero no hay que
olvidar que en el 2006 inicio con 10 puntos arriba de Calderón y ya sabemos cómo
término aquella elección.
Otro sexenio neoliberal supeditado a los intereses de la oligarquía
traerá más desigualdad y violencia que acabara por destruir el tan deteriorado
tejido social mexicano.
Las próximas elecciones representan la oportunidad para demostrar si
queremos más de lo mismo o queremos un cambio de verdad.
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